Cuatro muertos en San Miguel del Monte: El efecto Bullrich y la doctrina Chocobar

Dos adolescentes de 13 años, uno de 14 y un joven de 22 murieron en San Miguel del Monte tras una persecución policial que terminó en un choque fatal. Todo ocurrió el lunes por la noche, cuando los niños junto al conductor de 22 años, salieron a dar una vuelta y se cruzaron con el móvil policial.

Desde el gobierno nacional, la política en materia de Seguridad por excelencia es «mano dura». La ministra de Seguridad Patricia Bullrich sigue con gusto los lineamientos que promueven la violencia policial, la represión policial y el asesinato policial denominado «gatillo fácil»: de muestra están los lamentables y trágicos casos como el de Santiago Maldonado (30), Rafael Nahuel (22), Facundo Burgos (11), Juan Pablo Kukoc (18) y otros cientos de casos más.

Según un informe de Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) El Archivo 2017 demuestra que cada 23 horas el estado asesina a una persona.

Una grabación, un testigo y el intento de parte de la policía por cubrirse

La grabación de una cámara de seguridad registró el paso del auto de los chicos cuando tomaron por la Colectora 9 de Julio y atrás, a poca velocidad, la camioneta de los policías desde la cual, uno de sus ocupantes, se asoma por la ventanilla y apunta con un arma al Fiat, vehículo en el que iban los jóvenes.

El joven que manejaba -Aníbal Suárez- perdió el control del auto y chocó contra el acoplado de un camión que estaba estacionado en el cruce con la calle Nolasco López. La consecuencia fue devastadora. El vehículo quedó destruido por el impacto, cuatro de sus ocupantes murieron y una quinta víctima, también adolescente, permanece internada en grave estado.

La policía inmediatamente construyó su versión de los hechos e informó que una patrulla que volvía de un operativo intentó identificar a los ocupantes de un auto sospechoso y ellos se dieron a la fuga. En cambio, familiares y vecinos aseguran que hicieron abuso de autoridad y que dispararon contra los chicos, que escaparon por miedo.

Un hombre presenció el último tramo de la persecución policial que terminó con el choque y muerte de cuatro jóvenes en la localidad bonaerense de San Miguel del Monte. El testimonio que le dio a TN lo replicó ante la Policía y el fiscal del caso: «Vi todo. Fácilmente fueron cuatro disparos».

«Estuve en el lugar del hecho desde el principio hasta el final. Salí de mi casa con un amigo, estábamos yendo al centro hasta que escuchamos unos ruidos raros, pensamos que habían sido motos, pero cuando escuchamos los ruidos cada vez más cerca nos dimos cuenta de que eran tiros», relató el vecino.

Sobre el desenlace de la persecución recordó: «Era claramente el trayecto de la bala lo que escuchamos. Fácilmente fueron cuatro disparos. Vi cuando el auto chocó y empezó a rodar, cuando se separaron las partes. Después vi los cuerpos en el piso. Fue complicado, en especial cuando reconocí quiénes eran». Sus dichos coinciden con las primeras imágenes que trascendieron, posteriores al choque.

En diálogo con TN, este joven resaltó que tras el impacto del auto solo uno de los chicos permaneció inmóvil, pero que el resto siguió brevemente con vida. «Una oficial le decía a una de las chicas que se quedara callada, que no se moviera. Creo que era a Camila (López) a la que le decía eso. En el momento del accidente, menos uno estaban todos vivos, porque se movían. La oficial lo único que hacía era tratarlos mal y decirles que se quedaran quietos».

La familia de los chicos apuntó inmediatamente contra la Policía, al asegurar que el choque se produjo por la persecución que llevaron adelante. Y este testigo coincidió con esa versión: «Me trasladaron a la comisaría para tomar declaración. Estuve seis horas, les dije que había escuchado disparos y ellos anotaron que lo que yo escuché fueron estruendos, por eso no firmé la declaración y me fui, incluso dejé mi documento, tuve que buscarlo al día siguiente».

En el marco de la investigación, la Justicia dispuso el secuestro de las armas para que sean cotejadas por peritos de la Gendarmería Nacional. «Después me llamó el fiscal y le volví a contar todo de principio a fin, el sí lo anotó tal cual todo lo que dije», aseguró el testigo.

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