La Ciudad de Buenos Aires prohibió el lenguaje inclusivo en las escuelas «es un obstáculo en el aprendizaje»
El Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires prohibió el lenguaje inclusivo en las escuelas de su jurisdicción por considerarlo un obstáculo para la educación.
La medida rige tanto para contenidos educativos como para interacciones docentes alumnos y/o comunicados oficiales.
De esta forma, en la disolución que rige desde este jueves, ordenaron que no se usen más expresiones con la “e”, la “x” y el “@”.
La medida de Ministerio a cargo de Soledad Acuña generó una inmediata reacción contraria, especialmente en comentarios en las redes sociales.
La medida del Gobierno de la Ciudad alcanza a las escuelas públicas las privadas y a los tres niveles obligatorios, que son inicial, primaria y secundaria.
“Establézcase que en el ejercicio de sus funciones, los/as docentes deberán desarrollar las actividades de enseñanza y realizar las comunicaciones institucionales de conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza”, ordena la norma.
De esta forma, todas las expresiones con la “e”, la “x” y el “@” quedan prohibidas más allá de en diálogos informales como en los recreos o en las salas de profesores.
“Sabemos que el lenguaje va mutando y no somos ajenos a eso, pero ese tipo de distorsiones generan dificultad para aprender las reglas gramaticales y básicas de la lengua. Es algo que venimos trabajando con especialistas y si bien no hay evidencia porque aún todo es muy nuevo, coincidimos en que va en contra del aprendizaje. Nosotros tenemos la obligación de enseñar el uso correcto de la lengua. Después los chicos son personas libres y pueden adecuarlo como crean conveniente”, señaló Soledad Acuña, ministra de Educación porteña.
Para Acuña, la presencia del lenguaje inclusivo en las escuelas no es marginal. Al contrario, asegura que está cada vez más presente, en especial en los carteles que se despliegan en los colegios y considera “ambientes alfabetizadores que, en lugar de reforzar la adquisición del lenguaje, generan confusión”.