Golpe directo al bolsillo: Carnes, verduras y lácteos los alimentos que más subieron en enero

En unos días se conocerá el dato de la inflación para el primer mes de 2023. Según informes privados, todo indicaría que los alimentos registraron un incremento en torno al 5% mensual en enero, con una suba de precios destacada de la carne vacuna, pescados, lácteos y verduras.

Lo que suceda con los alimentos tiene relevancia tanto por el lugar central que ocupan en la canasta básica de las familias, y el mayor impacto que tienen en los ingresos de los sectores populares, como por el peso en la propia medición de la inflación, ya que es el rubro con mayor incidencia en el IPC: un 23% del total.

De acuerdo a relevamientos de diferentes consultoras es posible advertir que en enero, a diferencia de la tendencia a la baja de los dos últimos meses del 2022, se produjo un incremento en algunos alimentos de consumo masivo, más allá de los que están regulados por los acuerdos de precios.

Según LCG, la suba del rubro alcanzó el 5,3% promedio en enero, con claro impacto del aumento en carnes. A lo largo del mes, la evolución de los precios relevada por esta consultora fue la siguiente: la primera semana alimentos creció 2,3%, luego le siguieron variaciones menores con 0,8%, 1,6% y 0,8%, para llegar a la quinta semana con una suba mayor de 2,7%. Además de la carne (subió en torno al 5% en la última semana), registraron fuertes aumentos mensuales los productos lácteos (7,3%), frutas (7,2%), verduras (6,7%) y bebidas e infusiones (6,5%).

Si se mira el Índice de Precios de Supermercados que elabora el CESO, en enero la variación promedio de los productos se ubicó en 4,6%, destacándose el incremento en alimentos frescos que llegó al 6,6% mensual y, dentro del mismo, pescados y mariscos subió 17,1%, frutas y verduras 13,7% y carnes 9,5%.

En cuanto a frutas y verduras, desde Ecolatina esperan “incrementos del 10-20% para enero debido a la sequía”. Y los precios al consumidor de la carne vacuna “también podrían mostrar una corrección ya que no sólo se encuentran más de 25% por debajo del precio de hace un año sino que se están verificando aumentos en el precio de la hacienda en pie de cerca del 35% en el Mercado de Cañuelas”. En esa misma línea desde la consultora EcoGo advirtieron sobre “la suba en el precio del ganado en pie de más de 30%” y proyectan que la inflación mensual de alimentos ronda el 4,9%.

Por su parte, de acuerdo a Focus Market, la suba de alimentos en enero fue del 4,7% y respecto a la carne se señaló que “entró en fase de recupero con aumentos de hasta el 28%. La carne vacuna irá camino a los $2.000 promedio por Kg. Entre $1.400 el corte más económico y $2.600 el corte más caro”.

Sobre esto último, las consultoras coinciden en que el mayor impacto del incremento cárnico se sentirá en febrero, dado que los aumentos fueron sobre todo en la última semana del mes. En diálogo con este medio, Alberto Williams, de la Asociación de Propietarios de Carnicerías, aseguró que «la suba ya se está trasladando a carnicerías porque no tienen mucho stock y quieren carne fresca». Y agregó: «El carnicero no puede aguantar una diferencia tan grande. Pagábamos $740 y se fue a $900, lo que hoy paga, lo tiene que recuperar en la carne que vende».

Por eso, según pudo saber este medio, el Ministerio de Economía se apura para anunciar un paquete de medidas que intente frenar ese aumento.

Un dato favorable es que continúa la tendencia a la baja en la evolución de los precios internacionales de alimentos. Los últimos datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) indican que volvieron a los niveles previos a la guerra y se mantienen en retroceso. Entre enero y junio de 2022, los precios globales de alimentos en pesos y el IPC local de alimentos se movieron a la par, llegando a mitad de ese año al mismo valor, es decir, el efecto bélico se tradujo entonces al ciento por ciento a precios. Luego, los internacionales comenzaron una tendencia a la baja que se sostiene y en enero se ubicaron en 131,2 puntos, un 0,8% menos que en diciembre y un 17,9% por debajo del máximo alcanzado en marzo.

¿Aumenta el pan?

Un capítulo aparte merece la posible suba del pan que desde este mismo lunes llegaría a las panaderías con aumentos en torno al 6%.

Cabe aclarar en este punto que desde el Centro de Industriales Panaderos de Merlo anunciaron públicamente la implementación de este aumento que llevaría el kilo de pan entre los $460 y $480. Según expresaron las razones de la suba se vinculan a “los reiterados aumentos que venimos sufriendo en las tarifas de energía, combustibles y materias primas». También adhieren los centros de panaderos de Quilmes, Florencio Varela, Moreno, General Rodríguez, Marcos Paz, Las Heras, Exaltación de la Cruz, Campana y Zárate.

Por otro lado, en comunicación con El Destape Radio desde el Centro de Panaderos de Avellaneda, negaron la suba y aseguraron que se encuentran “cerrando una reunión con el secretario de producción de la Nación para que a los compañeros PyMEs les llegue la materia prima con precio diferenciado y se vea reflejado en el bolsillo del consumidor”.

Según señalaron se trata de “una operación de las cámaras que argumentan que el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino no sirve y que por eso igual aumenta el pan”. Sin embargo, “en muchas panaderías están recibiendo la harina subsidiada. Las ventas vienen muy tranquilas”. El también llamado “fideicomiso del trigo” entró en vigencia en marzo pasado con el fin de desacoplar el precio interno del trigo del valor internacional tras el impacto que tuvo en los alimentos la guerra entre Rusia y Ucrania, y busca garantizar el acceso a harina subsidiada para la producción. De acuerdo a los panaderos de Avellaneda, “no está confirmado que en toda la Argentina vaya a aumentar el pan este lunes».

Alimentos, ¿baratos?

El titular de la consultora PXQ, Emmanuel Álvarez Agis analizó, al ser entrevistado en El Destape Radio, cuáles son las posibilidades de alcanzar un descenso de la inflación acorde a los objetivos del gobierno nacional en los próximos meses. Entre las variables que el economista entiende dificultan lograr esa meta está “el desequilibrio de los precios relativos”.

Según sostuvo, “hoy la Argentina es uno de los países más baratos en alimentos” y lo mismo sucede en el caso de los servicios públicos, mientras que “es el segundo más caro en textiles, combustibles, bienes durables y alquileres”. Por ende, lo anterior da cuenta de que “el precio relativo más atrasado de todos es el salario”.

La consultora se propuso observar qué pueden o no comprar los asalariados con sus ingresos y cómo se relacionan los precios –según tipo de cambio oficial y paralelo- de una serie determinada de productos y servicios, todo ello en comparación con otros países de la región. Luego de ese análisis destacó que en nuestro país un asalariado «puede alimentarse, pero le cuesta comprarse un celular, una televisión, ni hablar un auto y un par de zapatillas. Sin embargo, podría pasear por toda la ciudad o disfrutar de mantener todas las luces encendidas de su casa 24×7.» «La situación no parece ser de equilibrio social”, sentenció.

En el caso puntual de los alimentos, el informe mencionó en sus comparaciones que “la leche parece cara al oficial pero barata al paralelo, dando la idea de que tal vez su precio esté determinado por un dólar ‘a mitad de camino’. Los fideos parecen estar relativamente baratos medidos a dólar oficial (y baratísimos al paralelo), algo similar ocurre con el pollo. Por el contrario, un celular es caro al oficial, y normal al paralelo, lo mismo que una TV”.

¿Qué pasa con el poder de compra?

Para observar la evolución de los salarios registrados privados es posible comparar la mediana de salarios, el punto en el que los ingresos de los trabajadores se divide en mitades, con la Canasta Básica Total (CBT).

Un informe del CEPA indicó que hasta el 2017 la mediana salarial estaba 15 puntos arriba de la CBT, pero desde ese año y hasta finales de 2019 se produjo una fuerte caída pasando de representar el 112,7% a un 84%. Ello se profundiza con la pandemia y luego se posiciona en niveles cercanos al 90%. No obstante, según los últimos datos, actualmente la mediana es el 89% de la CBT, es decir, se encuentra 11 puntos por debajo de la misma, lo que implica que “aún no se ha logrado recuperar lo perdido durante la gestión de Cambiemos”.

Vale aclarar que se compara un salario individual de un trabajo registrado privado frente a un indicador para familia tipo de 4 integrantes, lo que supone que ese hogar es pobre solo si el único ingreso es el mencionado salario.

Por su parte, un informe del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía planteó que “el salario bruto medio en noviembre de 2022 fue de $175.500. Siete años atrás, expresado en pesos actuales, ascendía a $234.000. Es una diferencia de $58.500 por cada trabajador registrado en el sector privado”. Y en el tercer trimestre de 2022, “la distribución del ingreso fue similar a la de un año atrás” por lo que “la recuperación salarial sigue siendo una materia pendiente”.

Para cerrar, si se mira el desempeño del salario no registrado, se observa que si bien en noviembre tuvo un crecimiento nominal del 6,4% y se ubicó por arriba de la inflación de ese mes (4,9%), viene siendo el más afectado en los últimos años y se encuentra 9,5% real por debajo de 2021 y 15,6% por debajo de diciembre de 2019.

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