Apoderado de Macri facturó millones al gobierno porteño

Se trata de Alberto Tarantini, quien recibió poderes de la offshore Fleg Trading para operar en Brasil. Su empresa facturó casi 9 millones a la CABA durante la gestión PRO.

Cuando la historia no cierra, el pasado es caprichoso: siempre vuelve.
La aparición del presidente Mauricio Macri en el directorio de una sociedad radicada en el paraíso fiscal de Bahamas desencadenó una serie de revelaciones que, lejos de disipar el escándalo, estimulan las sospechas. De hecho, dos fiscales pidieron informes a media docena de países para reconstruir el recorrido de Fleg Trading Ltd, la offshore presidencial. Como expuso Tiempo hace dos semanas, su último paradero conocido fue Brasil. Pero la estela de aquellos negocios trascendieron las playas paulistas. Y perduran hasta hoy.
La mañana del lunes 7 de septiembre de 1998, Mauricio Macri, entonces presidente de Boca, llegó a las oficinas del Grupo Macri, en el edificio de Eduardo Madero 940. Lo acompañaron Franco, su padre, Mariano, su hermano menor, y otros directivos históricos del Grupo. El objetivo del encuentro: otorgar poder a tres personas para que representaran a Socma en Owners Do Brasil Participações Ltda, un holding creado en el país vecino donde Socma y Fleg ejercieron una activa sociedad.
Esa mañana, a las 10, según el acta rubricada por el escribano Jorge Ledesma, Mauricio, su padre y su hermano cedieron poderes a tres nombres frecuentes en el entramado de empresas del Grupo: el argentino Alberto Guillermo Tarantini, el brasileño Armando Jannuzi Raffo y el español Ramiro Arex Sixto.
«Luego de un breve intercambio de ideas, el directorio por unanimidad resuelve: 1. Otorgamiento de Poder Especial a favor de los señores Tarantini, Jannuzi Raffo y Arex Sixto para que cualquiera de ellos pueda, en forma indistinta, representar la sociedad ante todos los organismos y reparticiones públicas a los efectos de proceder en nombre y representación de la Sociedad (…)», señala el Acta de Directorio de Socma.
Apenas una semana después, el lunes 14 de septiembre, Ledesma labró en la misma oficina un documento similar. Esa vez sólo concurrió Franco, como presidente de Fleg Trading, la sociedad offshore que fundó con Mauricio y Mariano en Bahamas. En ese sencillo acto, el patriarca designó a los mismos apoderados de Socma S.A.–Tarantini, Jannuzi Raffo y Arex Sixto– para realizar operaciones en nombre de Fleg.
Con ese poder, los designados ejecutaron los movimientos descubiertos por Tiempo que hoy investiga la justicia. Uno de ellos: disponer de 11,4 millones de reales –unos 8,5 millones de dólares– para cubrir un convenio firmado con el Hotel Nuraghe Portorotondo S.p.A., propiedad de Giorgio Nocella, amigo de Franco y socio italiano del clan.
«Yo de eso no sé nada», dice hoy Alberto Tarantini, uno de los apoderados de los Macri en Fleg. Ex hombre de negocios devenido en músico –realizó un exquisito CD homenaje a Gershwin y Piazzolla–, Trarantini integró varios directorios del Grupo durante los noventa. «Pero a Owners nunca la oí nombrar. Y menos al hotel de Italia –puntualiza–. ¡No tenía nada que ver con lo que hacíamos en Brasil!»
Por aquellos años, lo que Tarantini hacía en Brasil era tratar de exportar Movicom, la empresa del Grupo Macri que fue pionera en telefonía móvil. El intento fracasó: una licitación los dejó afuera. Para Tarantini fue una decepción personal. En los ochenta, él mismo había trajinado con Franco para seducir y asociarse a la Bell South. De aquella unión nació B.A. Celular Inversora S.A., la controlante de Movicom. En esa empresa, Tarantini compartió directorio con Mauricio, el futuro presidente de la Nación.
En 2000, Tarantini abandonó al clan Macri para dedicarse a la música. Pero se le hizo difícil vivir del arte. Decidió entonces volver a los negocios. Por un tiempo lo cobijó la Bell. Y luego creó Becom1 S.A., una empresa de marketing digital. Con esta firma, su apellido y el de Macri se volvieron a cruzar.
Fundada en diciembre de 2013, Becom1 S.A. obtuvo contratos millonarios con el gobierno porteño durante el tramo final del mandato de Mauricio en la Ciudad. Este diario pudo verificar al menos seis. A saber:
• El 10 de septiembre de 2014 ganó una licitación pública para la «Provisión de servicios especializados en monitoreo de redes sociales para evaluar la aceptación de las App’s del Gobierno de la Ciudad». Por esa tarea, la firma embolsó 828 mil pesos.
• Poco después, el 28 de noviembre, la Unidad de Proyectos Especiales le pagó 150 mil pesos por un estudio para el programa Ciudad Verde.
• Unas semanas más tarde, el 19 de diciembre de 2014, la Secretaría de Hábitat e Inclusión le extendió una contratación directa de 349.860 pesos por Servicios de Gestión Comunicacional. Según se explica en la resolución 127/SSDI/14, «la urgencia de la tramitación» se sustentaba «en la imprescindibilidad de contar con los servicios» a efectos de «contar con un canal de comunicación eficiente» por el cual «se pueda dar pronta respuesta a las urgencias habitacionales». El contrato no especifica de qué modo el marketing digital contribuye a solucionar el drama habitacional de la Ciudad.
• El 13 de mayo de 2015, el gobierno volvió a contratar de manera directa a Becom1 por un «Servicio de consultoría de estrategia comunicacional». El monto: 2,3 millones de pesos.
• El 12 de agosto de 2015, en plena campaña, la firma se alzó con 1,7 millones de pesos por servicios de «consultoría para el sitio web» del gobierno PRO.
• El 24 de noviembre, con Macri a punto de dejar la Ciudad, Becom1 recibió su contrato más jugoso: 3,4 millones de pesos por un «servicio de consultoría para la construcción de un sistema de gestión» de organismos comunales.
En poco más de un año, Becom1, la empresa de uno de los apoderados de Macri, cosechó al menos 8,9 millones de pesos de la gestión PRO.
El pasado es así, caprichoso y porfiado. Nunca se va. «

Tarantini: «No sé nada de Owners ni de Fleg»

Tarantini y otros dos apoderados representaron a los Macri en Socma y Fleg Trading, accionistas de Owners Do Brasil.
Economista,con posgrado en Harvad y breve paso como subsecretario de Industria en los albores del menemismo, Alberto Tarantini estuvo 14 años junto al clan Macri.
Su nombre consta en actas como apoderado de la offshore presidencial, pero consultado por Tiempo niega cualquier lazo con la firma de Bahamas: «No sé nada de eso, nunca oí nombrar a Fleg trading Ltd ni a Owners Do Brasil».
Reconoce, sí, los contratos que su empresa Becom1 S.A.recibió del gobierno porteño. Pero asegura que aún así la compañía «no se consolidó». «Después de tantos años en el Grupo pensé que iba a ser más sencillo conseguir cosas. La verdad que conseguí poquito», se lamenta Tarantini.

Fuente: Tiempoar.com.ar

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