Crónica de un blanqueo a medida por Axel Kicillof
Ya había pasado con el Impuesto a las Ganancias de los trabajadores: en campaña, Macri se cansó de prometer que lo iba a eliminar. Hasta grabó un spot donde decía: “en mi gobierno los trabajadores no van a pagar ganancias”. Pero poco después de asumir modificó el impuesto y ahora lo pagan casi 400 mil trabajadores más que en 2015. De la misma forma, en campaña, Macri prometió el 82 por ciento móvil para los jubilados y pensionados: “es un compromiso asumido”, dijo en noviembre de 2015 (Clarín, Perfil, Infobae, etc.).
Este 27 de mayo, Macri, rodeado por jubilados, anunció que enviaría al Congreso una ley de Reparación Histórica. En la agencia oficial Télam y en los diarios se informó que “Macri anunció un aumento para los jubilados”. Los diputados recién recibimos el proyecto el miércoles 1° y al leer sus 94 artículos aparecieron las sorpresas. En realidad eran 5 proyectos distintos, entreverados en uno solo sin ninguna justificación. Y cada proyecto era peor que el otro: no era una ley ómnibus sino un verdadero tren fantasma.
Los diputados del Frente para la Victoria planteamos las objeciones: en primer lugar, es mentira que se incluya un aumento para los casi 7 millones de jubilados. Sólo pretenden hacerles una quita de entre el 30 y el 70 por ciento a los jubilados que hayan iniciado juicio, aun cuando tengan sentencia firme. El año pasado se pagaron cerca de 50 mil sentencias y hay 500 mil más, que ya tuvieron el reajuste.
Peor es lo que propone para los futuros jubilados. Hasta el 2003 y gracias al sistema privado de las AFJP, la gran mayoría de los adultos en edad de jubilarse (70 por ciento) no cobraba nada. Durante los 12 años del kirchnerismo, a través de las leyes de inclusión jubilatoria, la cobertura llegó al 98 por ciento. Lo que propone Macri es terminar con esta política y reemplazarla por una “pensión” que solo asciende al 80 por ciento de la jubilación mínima y no es heredable por el esposo o esposa. Para acceder a esta “pensión”, tanto los hombres como las mujeres deben tener 65 años: se les roban 5 años a las mujeres, que hoy se jubilan a los 60. Los “pensionados” de Macri serían jubilados de segunda.
Como se ve, el proyecto está a kilómetros del 82 por ciento móvil que prometió en campaña y también del aumento que publicitó en los diarios.
La única verdad es que detrás de esta supuesta “reparación” se contrabandean otros cuatro proyectos desastrosos. El peor de ellos: el blanqueo. ¿Para qué se hacen los blanqueos?
El sistema financiero internacional cuenta con “guaridas” o “paraísos” en los que se pueden esconder los capitales fugados de los demás países. En Argentina, las estadísticas hablan de 400 mil millones de dólares fugados y ocultos en paraísos fiscales. “Guardar” la plata en un paraíso fiscal y no declararla es un delito. Sin embargo, los países no tienen forma de encontrar el dinero ni de detectar y castigar a sus dueños porque estos paraísos no suministran ninguna información. Para eso están los blanqueos: como no hay forma de identificar a los fugadores se intenta reducir los castigos para que traigan el capital.
Ahora esa situación cambió: con los famosos Panamá Papers y el caso del HSBC de Suiza, a través de filtraciones, se consiguió información sobre personas y empresas que fugaron. Por lo tanto, si se hace un blanqueo, se debe excluir explícitamente a todos los implicados en estas listas, porque ya fueron detectados y deben rendir cuentas. Lo particular del blanqueo que propone Macri es que no obliga a traer la plata al país y además sólo excluye a funcionarios pero no a sus parientes. Es decir, los que figuran en los Panamá Papers podrán limpiar su historial con este blanqueo. Para ser más claro: pueden blanquear Franco Macri, Ángelo Calcaterra, los hermanos de Macri y todos los parientes de los funcionarios.
El FpV propone un blanqueo como el de 2013. Que los capitales tengan que ser repatriados y que ningún familiar pueda entrar en el blanqueo, ni tampoco nadie que figure en los Panamá Papers o en las listas del HSBC. Ya fueron descubiertos, no hace falta un blanqueo para que se pongan al día, sino que avancen las causas penales. De otra forma, más que un blanqueo es una auto-amnistía.
La ley de Macri incluye también su primera privatización: el fondo de garantía de los jubilados (FGS) tiene acciones de 50 empresas privadas que además han sido la mejor inversión durante estos años. Macri quiere venderlas. Recordemos que cuando se privatizó YPF también se dijo que era para pagarles a los jubilados. El FpV plantea que, tal como dice la ley vigente, estas acciones sólo puedan venderse con autorización del Congreso.
El día jueves se presentó un dictamen que, para sorpresa de muchos, además de la del oficialismo, tenía la firma del Frente Renovador y del Bloque Justicialista. En el mismo se mantienen las líneas fundamentales en el proyecto original de Macri. Las “modificaciones” son un conveniente maquillaje. Se mantienen las quitas, se pueden vender las acciones y el blanqueo sigue idéntico porque el oficialismo se negó a sacar a sus familiares.
A esta altura podemos ya hablar de un verdadero modus operandi de Macri y de algunos bloques opositores en el Congreso. El Gobierno que no tiene mayoría en ninguna de las dos cámaras, intenta hacer ahora lo mismo que hizo para pagarles a los buitres. Es claro y evidente: primero se presenta un “proyecto de máxima”, completamente invotable. Después, se lleva adelante una “negociación” en la que se “aceptaron modificaciones” de algunos opositores, que siempre son los mismos.
El resultado: Macri se disfraza de “republicano” porque “dialoga y acepta modificaciones”. El Frente Renovador de Massa simula ponerle límites al Gobierno para “favorecer a la gente” a través del… “consenso”. Pero finalmente, el proyecto original se aprueba con retoques menores, es decir, cambiar algo para que todo siga igual. El caso buitres es muy demostrativo: se terminó pagando una enormidad y pese a que Massa le puso “límites al endeudamiento”, el Gobierno hizo caso omiso de esto y tomó deuda por más de 16 mil millones con destino desconocido.
En síntesis, el método de Macri en el Parlamento podría sintetizarse con una rima: “Lo que pasa, pasa… con una ayudita de Bossio y Massa”.
Fuente: Página 12