El BID aprobó otro préstamo a la Argentina para mejorar la infraestructura energética
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) informó este miércoles en su página web que aprobó una línea de crédito por 1.140 millones de dólares para proyectos que tengan como objetivo descarbonizar el sector energético de Argentina, un punto clave en la agenda de la transición energética acordada a nivel global en las cumbres climáticas de los últimos años. El anuncio, que se limitó a un comunicado escrito, no hizo mención de la columna de opinión que el titular del organismo de crédito, Mauricio Claver-Carone, publicó apenas dos días atrás para rechazar el desembolso de otro préstamo ya aprobado para el país y atacar duramente a la política económica del Gobierno de Alberto Fernández.
«El BID sigue comprometido a apoyar la agenda de desarrollo de Argentina con proyectos que tengan un impacto directo en desarrollo. Como parte de esta línea de crédito, el BID autorizó una operación de préstamo inicial de 200 millones de dólares. Esta suma aumentará con un adicional de 100 millones de la Agencia de Desarrollo Francesa y otros 100 millones del Banco de Desarrollo Europeo», explicó el organismo y detalló que «la primera operación buscará ayudar a descarbonizar la industria de la energía eléctrica al reducir sus emisiones de gases invernadero».
El texto también aclaró que el primer desembolso de 200 millones de dólares se cancelará a los 25 años, con un período de gracia de cinco años y medio.
El tono del comunicado y la explicación de la aprobación de este último préstamo están en sintonía con lo que ha sido siempre la relación de este organismo internacional de crédito con Argentina y con el resto de los países de la región. El BID siempre mantuvo líneas de créditos con Argentina para proyectos concretos y con metas y objetivos bien delimitados, incluso en el peor momento económico del país, después del derrumbe de finales de 2001 y tras la declaración del default.
La columna de opinión de su actual titular, Claver-Carone, de esta semana, cuando anunció que no permitiría que se ejecutara un primer desembolso de 500 millones de dólares de un préstamo ya aprobado, fue en cambio un quiebre en esta tradición: “El éxito de la Argentina es el éxito del BID, pero el tumultuoso historial financiero de Argentina afecta singularmente a los costos del banco. El BID debe proteger su capacidad de ayudar de forma fiable a todos sus 26 prestatarios, incluidos los países pequeños con pocos recursos.”
E incluso se adelantó a lo que pasó, un posible cortocircuito con el staff del organismo de crédito que aprueba los préstamos: «Por mucho que el BID quiera aprobar nuevos fondos para la Argentina, no puede dar el visto bueno a las solicitudes para hacerlo sin asegurarse prudentemente de que tiene un impacto en el desarrollo”.