Organismos de DDHH repudiaron la implementación de las Taser en CABA
La agrupación Hijos Capital y el Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires (ODH) reiteraron este martes su rechazo a la implementación por parte de la Policía porteña de las armas eléctricas Taser, a las cuales definieron como «elementos de tortura» que «violan derechos humanos consagrados en la Constitución».
El Gobierno de la Ciudad informó que hizo efectiva la implementación de las armas Taser por parte de la Policía porteña. Las Taser son picanas portátiles que constituyen un elemento de tortura y, por lo tanto, violan derechos humanos consagrados en nuestra Constitución», expresaron a través de un comunicado conjunto.
Señalaron que, a casi 40 años de la recuperación de la democracia en la Argentina, el uso de las Taser implica «una regresión inadmisible en materia de memoria y no repetición de estos crímenes».
También recordaron que en 2010 se «opusieron categóricamente» cuando el entonces jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, intentó adquirir las Taser y luego llevaron el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos cuando la exministra de Seguridad y actual precandidata a presidenta por Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich, decidió comprarlas.
«Ahora, el gobierno porteño de Horacio Rodríguez Larreta concreta en las calles este retroceso para la democracia, de la mano del ministro de Seguridad de la Ciudad, Eugenio Burzaco, institucionalizando el uso de estas armas eléctricas», denunciaron.
De esta manera los organismos hicieron referencia al uso de las pistolas especialmente en estaciones de subte, terminales de ómnibus, colectivos y trenes, según anunció oficialmente Burzaco en el Instituto Superior de Seguridad Pública (ISSP) el pasado 5 de julio.
«Estas armas son instrumentos de tortura que afectan el derecho a la vida y a la integridad física. Su uso contraviene la obligación del Estado de prevenir y erradicar la tortura, asumida por el país en tratados internacionales», abundaron.
Las pistolas Taser, que provocan una descarga de 400 volts que inmoviliza durante cinco segundos a quien recibe el impacto, fueron definidas por el Comité contra la Tortura de la ONU como provocadoras de «un dolor intenso» y constituyen «una forma de tortura y en algunos casos puede causar la muerte».
Las organizaciones de derechos humanos retomaron además la calificación de «armas letales» pronunciada por Amnistía Internacional, que en 2012 advirtió sobre su uso y señaló que solamente en Estados Unidos se habían registrado 500 muertes por su utilización.