¿Qué está pasando?
Una mujer daba el pecho a su bebé en una plaza de San Isidro cuando policías locales la quisieron detener con el argumento de que está prohibido. Convocan a un “pique-tetazo” el sábado.
Coni Santos, Constanza, tiene 22 años y un hermoso bebé regordete de 9 meses. El martes pasado, 12 de julio, en horario bancario, Coni salió con su bebé del Banco Nación de San Isidro, en Belgrano al 385, alrededor de las 15.30, después de hacer una cola de más de una hora con su bebé en brazos sin que nadie se dignara a hacerla pasar primero. Cabe recordar que los bebés no cumplen los mismos horarios que los bancarios, con lo que ya en la fila estaba a puro llanto reclamando lo suyo, la teta. Nerviosa y agotada, Coni salió, dio unos pasos y se sentó en la plazoleta ubicada en el cruce de Belgrano, Acassuso y 9 de Julio. Pleno centro comercial. Bebé reclamaba su alimento natural y ahí estaba ella para proveérselo.
Es bueno imaginar el contexto para quien no es de la zona, y para quien es vecino también porque muchas veces ocurre que los contextos, de tan naturalizados, no existen. Pleno centro comercial, en San Isidro, como en cualquier centro comercial con fuerte capacidad adquisitiva, es decir, una profusión de imágenes publicitarias de las primeras marcas de lo que sea. Entre ellas, lencería, deportes, moda, vacaciones, autos, alimentos, salud, clínica, tarjetas, inversiones y futura mamá, donde la mujer aparece no como mujer sino como su cuerpo, sólo esbelto, curvilíneo en todas sus formas, oquedades del fotoshop, no sea que se escape alguna realidad de mujer persona.
En ese contexto antinatural naturalizado, a Coni se le vino a ocurrir saciar el pedido de leche de su bebé en público.
Un grupo de uniformados de la Local comenzó a analizar la situación de inseguridad ciudadana que se abría a la sociedad. A pedido de sus conciencias maspapistas y temerosas, dos mujeres de la Local enfilaron sobre la subversiva teta que sólo era imaginable por la postura, ya que el frío del momento obligaba a Coni a cubrirse y cubrir a su bebé. Se veía menos que en las de las fotos, pero para quien quiere imaginar, qué otra cosa podía estar haciendo esa mujer con el bebé puesto de esa forma. Y la censura necesita mucha imaginación.
“No sabe que hay una ley que prohíbe amamantar en público”, tiró sin capacidad de razonar una de las milicas. “‘Me estás cargando’, le dije –contó después Constanza a Página/12– ‘No sabía, cuál es la ley’. No me contestaron, me pidieron mi documento y el de mi hijo. Yo seguía preguntándoles por la ley. Al final me empezaron a decir que me llevaban a la comisaría 1ª por resistencia a la autoridad. Yo les dije que me iba, y me fui. Antes me dirigí al grupo de policías varones a preguntarles por los nombres de las dos mujeres y se reían de mí”.
Hasta el sábado con la familia, fue convenciéndose de avanzar y salió a hacer una denuncia que no tuvo puerta en la justicia y derivó en la Comisaría de la Mujer, que depende de la Bonaerense y que con la Local no se mete, sólo despotrica. A esa altura la nota de la periodista Luciana Rosende, de los trabajadores de El Argentino Zona Norte, ya había llegado a manos de los Bonaerenses. La atendió una mujer policía, previo preguntar instrucciones a algún superior. “Nosotros no manejamos esto porque no hubo delito, no te maltrató, no te pegó ni a vos ni a tu bebé”, recordó Constanza que le dijo.
Hoy, finalmente presentará una denuncia acompañada por un abogado ofrecido por ediles de diferentes espacios políticos. Y para el próximo sábado se organizó –y no se pregunte cómo porque la espontaneidad solamente es– un gran tetazo, una amamantada masiva y pública allí mismo, en la plazoleta del suyo y de todos los bebés y todas sus madres y quienes quieran acompañar, para un rato antes de las 15, como para que a esa hora la plazoleta sea ya una vía láctea.
Fuente: Pagina12.com