Importaciones: las pymes piden aliviar las restricciones del Banco Central
Las últimas restricciones a las importaciones impuestas por el Gobierno generaron más problemas que los previstos. Aunque el Banco Central buscó que los pequeños empresarios no sean perjudicados por la medida, asociaciones pymes se quejan de que el cupo impuesto es insuficiente y piden medidas de alivio. Desde el Gobierno, responden que están «buscando alternativas» para este sector.
El 27 de junio, el BCRA implementó un ajuste a las importaciones para evitar la salida de dólares por compras especulativas en el exterior. La institución que dirige Miguel Pesce distinguió en su normativa entre grandes empresas y pymes. Para las grandes, garantizó el acceso al mercado de cambios oficial para un tope de un 5% más de lo que importaron en 2021. Para las pymes, en cambio, ese tope se estableció en un 15% extra.
La medida, según el comunicado oficial de entonces, tenía la intención de «responder a las necesidades extraordinarias de divisas para atender la importación de energía, con el objeto de sostener el crecimiento económico y el desarrollo de las pymes evitando maniobras especulativas sobre las importaciones». De hecho, las asociaciones pyme elogiaron la normativa y descartaron que pudiera afectarlas.
El último jueves, el Banco Central implementó medidas de alivio, pero solo para algunos rubros puntuales: permitió que las importaciones energéticas y de fertilizantes puedan acceder al mercado de cambios a 60 días (contra 180 días actuales), liberó el pago para la importación destinada a elaborar bienes de exportación y otorgó beneficios a la producción automotriz destinada al exterior.
De cualquier forma, a tres semanas de la implementación de la medida original, la situación no es como se planteaba en la teoría. Asociaciones pyme como CGERA, IPA, APYME, COPYME y CAME dijeron a El Destape que registran numerosas complicaciones a partir las restricciones al financiamiento del Central. Los problemas se presentan tanto en el plano de la importación de bienes de capital como intermedios y de materias primas.
La cuestión fundamental es que el cupo del 15% extra es insuficiente. «Es lógico que no alcance. Creció la capacidad instalada a un 68%, lo que significa más producción y más consumo de materias primas. Por lógica la mayoría de las empresas importa por encima de un 15% más que hace un año», explica Daniel Rosato, titular de IPA.
Ese factor originario genera toda una serie de efectos en cadena. Para cubrir la financiación faltante, lo más barato para las empresas es recurrir a un crédito, pero es más fácil plantearlo que hacerlo. Primero, el acceso a un préstamo bancario no es ágil para las compañías que no lo solicitan habitualmente, y el crédito externo «solo lo tienen las grandes empresas», advierte Sergio Echebarrena (COPYME).
Además, remarca Julián Moreno (titular de APYME), la cancelación de la deuda se da cuando el BCRA libera los dólares, lo que implica que está atada al tipo que habrá dentro de seis meses. «Te dan el cupo pero tenés que comprar a 180 días. Es un inconveniente porque algunos proveedores no quieren. Hay un problema tanto de disponibilidad de dólares como de plazo», explica al respecto el vocero de CAME, Salvador Femenía.
El camino que queda, por lo tanto, es acceder a la compra de dólares bursátiles. Sin embargo, desde que el Banco Central anunció la medida y en medio del turbulento reemplazo de Martín Guzmán por Silvina Batakis, el dólar MEP aumentó un 17% y el CCL más de un 19%, alcanzando un récord histórico a la par del blue.
Las medidas de alivio del último jueves no estuvieron especialmente dirigidas a las pymes industriales y por lo tanto no cambiaron demasiado el panorama, evaluaban algunas de las asociaciones que las representan. El efecto dominó, entonces, se termina trasladando a precios, especulaciones y finalmente a una potencial parálisis de la industria, sobre todo por las complicaciones generadas en la elaboración de bienes intermedios.
La solución que piden las pymes para importar normalmente
Los problemas con las importaciones fue uno de los puntos centrales tratados en una reunión de más de 30 cámaras pymes que tuvo lugar el pasado miércoles, en la que sus representantes buscaron plantear una agenda de acción en común frente a este y otros problemas.
El reclamo básico, según detalló Rosato, es obviamente la elevación del cupo del 15%. Pero, más allá de eso, el pedido del sector es que la evaluación de las restricciones a las importaciones no pase solo por el Banco Central sino que se determine en conjunto por otras áreas como el Ministerio de Desarrollo Productivo y el Ministerio de Economía.
Por otra parte, Marcelo Fernández, titular de CGERA, que no participó de la reunión del miércoles, reiteró ante este sitio su demanda para agilizar los trámites de habilitación a la importación para las empresas que solo importan hasta un 20% de su facturación.
El tono se reitera: por lo general las asociaciones pymes son propositivas y optimistas en poder resolver el problema de buena manera. Algunas de ellas creen que, más allá de la necesidad de limitar el crecimiento para cumplir con el FMI, lo que ocurrió fue que la normativa se implementó de manera improvisada y las desprolijidades se notaron con el correr de los días. En cambio, no consideran que haya habido una intención política de cercenar productivamente también a las pymes sin hacerlo explícito.
Fuentes del Ministerio de Desarrollo Productivo, en tanto, dijeron a El Destape que el Gobierno está trabajando para «buscar alternativas» que beneficien a las pymes y que las medidas de alivio que anunció el Banco Central el jueves son «parte de lo que se viene trabajando». De hecho, el viernes último el ministro del área, Daniel Scioli, ratificó durante su viaje a Brasil que se encuentra analizando vías para la flexibilización de las importaciones «en conjunto con el Banco Central y el Ministerio de Economía”.