EEUU transfiere a 16 prisioneros de Guantánamo a los Emiratos Arabes

Se trata del mayor traslado de reclusos desde que asumió Obama en 2009. Aún quedan 61 internos en la base naval en Cuba.

Estados Unidos envió a 15 detenidos de Guantánamo a los Emiratos Arabes Unidos, el mayor traslado de prisioneros ordenado por el presidente Barack Obama, que busca desde 2009 cerrar la controvertida prisión abierta tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Aún quedan 61 prisioneros de un total de 800 detenidos que transitaron por el centro de detención estadounidense ubicado en la isla de Cuba. Había 242 presos cuando el presidente Barack Obama asumió el poder por primera vez en 2009. El mandatario prometió entonces cerrar la cárcel ese mismo año. Según el Departamento de Estado, doce de los liberados son yemeníes y tres afganos. Algunos presos trasladados llevaban 14 años en Guantánamo y estaban recluidos sin cargos en su contra.

Washington enfrentaba dificultades para encontrar quién aceptara a los yemeníes, que no pueden ser enviados a su país en razón de la guerra civil que se desarrolla desde 2015. «Estados Unidos está agradecido al gobierno de Emiratos Arabes Unidos por su gesto humanitario y su voluntad de apoyar los esfuerzos en curso de Estados Unidos para cerrar el centro de detención de Guantánamo», indicó el Pentágono. Tras su traslado, por lo general los ex reclusos de la base naval, son liberados bajo condiciones, dispositivos de seguridad y programas de reinserción, que varían según los países que los reciben.

Amnistía Internacional (AI) había anunciado el lunes que Estados Unidos iba a liberar a quince detenidos, el traslado más importante realizado bajo la administración Obama, y enviarlos a Emiratos Arabes Unidos.

Promesa incumplida. Las liberaciones se aceleraron en los últimos años en función de la aspiración de Obama de cumplir su promesa de campaña de cerrar una cárcel que calificó de «vergonzosa», aun con 7 años de atraso respecto a la fecha que se había fijado. «El mantenimiento de este centro de detención debilita nuestra seguridad nacional porque agota nuestros recursos, afecta nuestras relaciones con nuestros socios y nuestros aliados clave y refuerza a los extremistas violentos», declaró Lee Wolosky, enviado especial del Departamento de Estado para el cierre de Guantánamo. «El apoyo de nuestros amigos y aliados -como los Emiratos- es crucial para el logro de nuestro objetivo común», dijo. Sin embargo, es muy improbable que el mandatario logre su objetivo antes de abandonar el poder, en enero de 2017, sobre todo por las dificultades existentes para ubicar en Estados Unidos -o en otro país- a la cincuentena de reclusos considerados sin posibilidad de ser liberados. Los republicanos, que constituyen la mayoría en el Congreso, no quieren saber nada con una iniciativa de ese tipo.

Los detenidos al que le fue rechazada su liberación tampoco pueden ser juzgados por un tribunal clásico, en razón de que muchos de ellos fueron torturados y/o detenidos en circunstancias no permitidas por las leyes estadounidenses.

Desde su creación, poco después de la invasión estadounidense a Afganistán de octubre de 2001, la cárcel de Guantánamo recibió en total a 800 detenidos. Dick Cheney, vicepresidente de George W. Bush, dijo que allí debían ir a parar «los peores de los peores terroristas». Pero la mayoría de los detenidos no eran más que militantes de segundo nivel, cuando no personas sin vínculos con grupos yihadistas que se encontraban en el lugar equivocado en el momento equivocado en plena «guerra contra el terrorismo».

El candidato republicano Donald Trump ya se comprometió —si es elegido— a llenar Guantánamo con los «tipos indeseables» y a restablecer torturas «bastante peores que la simulación de ahogamiento», conocida como «submarino». En consecuencia, según AI, es urgente que Obama cierre Guantánamo antes de que la próxima administración llene nuevamente las celdas con yihadistas detenidos en el marco de la guerra contra Estado Islámico (EI).

Posibles destinos carcelarios. En febrero último, Obama presentó al Congreso un plan para el cierre de la prisión militar y transferir a algunos de sus detenidos a una instalación en territorio continental. Como parte de este plan, el gobierno ha inspeccionado 13 sitios potenciales a donde podrían ser trasladados varios detenidos, incluidos los llamados prisioneros «de alto valor». Los sitios analizados incluyen la prisión de máxima seguridad en Florence, Colorado; la prisión militar en Leavenworth, en Kansas, y una base militar de la Marina en Charleston, Carolina del Sur.

De acuerdo con la administración de Obama, el cierre de la prisión de Guantánamo podría derivar en un ahorro económico de unos 335 millones de dólares en un período de 10 años, mientras que mantener su operación generaría gastos adicionales de 65 a 85 millones de dólares.

Fuente: Lacapital.com.ar

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