(AUDIO) Evita: El extraordinario análisis de Hernán Brienza sobre la imagen de la jefa Espiritual de la nación
Ayer se festejaron los 100 años del natalicio de Eva Duarte de Perón, a quien su pueblo la llamó -y seguirá llamando- «Evita», la jefa Espiritual de la nación. En este contexto, el historiador y politólogo Hernán Brienza realizó un análisis sobre la imagen de Evita y la construcción de mitos alrededor de ella.
En comunicación con Radio Caput, Brienza propone que “Hay que pensar a Evita en su justo término: es la estampita, es la rabia, es la acumulación política y la relación con los sindicatos».
La figura de Evita es compleja y su construcción -colectiva- y en ese sentido “Es difícil saber quién era Eva Perón, es posible que haya sido un poco de cada mito que se formó en torno a ella”.
Evita tenía las convicciones bien firmes y junto a su tenacidad marcaban una posición política bien clara, era indoblagable y leal a sus descamisados, por lo que la oligarquía -a la que ella detestaba y comprendía como el principal enemigo del pueblo- no podría jamás «domesticarla».
Escuchá acá la entrevista completa, gentileza Radio Caput:
“Evita no permite que la derecha la reescriba: ese mito es muy fuerte, su rabia la aleja de lo políticamente correcto, de lo establecido. Aunque hace falta pensar otra Evita: la política, la que quiere acumular poder para ser vicepresidenta de la Nación, que tiene una alianza con la CGT”, enfatizó el historiador.
En su análisis, Brienza recordó esa vicepresidencia que no se dio y las teorías que se formularon: “Evita es la que mejor relación tenía con el movimiento obrero organizado y Perón con los poderes establecidos. Es posible que la enfermedad de Eva haya definido a Perón que no valía jugar esa carta, pero también por la diferencia de proyectos políticos”.
Y agregó: “Perón se veía como un árbitro entre los poderes en disputa, Evita se veía como la representante de los trabajadores y los humildes. Esa identificación con un sector particular no lo convencía”.
Para finalizar Brienza afirmó que “Lo revolucionario es cambiar lo establecido en término simbólicos y reales. Creo que no hay nada más revolucionario que cambiar el esquema simbólico del país hacia un igualitarismo radical donde cualquiera puede tener las misma oportunidades. En ese sentido, Eva generó en el peronismo una revolución nacional”.