CGT le abre las puertas a Massa como «candidato de los trabajadores» 

La CGT recibirá este miércoles con los brazos abiertos y toda la pompa a disposición a Sergio Massa, a quien ungirá como «candidato a presidente de los trabajadores» en el salón Felipe Vallese de la organización. Será en términos sindicales una gala que contará con el triunvirato de líderes, el Consejo Directivo en pleno de la central y la concurrencia de los secretarios generales de todos los gremios confederados, que esperan escuchar del postulante el enunciado de un plan de desarrollo con empleo de calidad. Como condimento extra la convocatoria puede representar el reencuentro, al menos en público, de Hugo Moyano, número uno de Camioneros, con su hijo mayor, Pablo, cotitular de la CGT y adjunto de los choferes, tras meses de desaveniencias que trascendieron lo privado.

Massa acudirá con su compañero de fórmula, el jefe de Gabinete, Agustín Rossi. El antecedente más inmediato de semejante despliegue protocolar data de noviembre de 2019 con la visita que hizo Alberto Fernández, ya electo, a la sede de Azopardo 802. Como contraste y al sólo efecto de exhibir respeto por la institucionalidad, ayer la «mesa chica» de la CGT también recibió a Juan Grabois, el otro precandidato para la interna de Unión por la Patria, pero lo hizo en el gremio de albañiles, Uocra, y con una comitiva más reducida.

Para este miércoles la central montó un operativo especial desde la semana pasada con acreditaciones mediante pulseras para dirigentes y periodistas. El cierre se le reservó al ministro de Economía y se prevé que también hablarán Rossi y, por el lado de la CGT, al menos Daer. En su entorno calibraron la recepción como «el acto de mayor volumen político que tuvo hasta ahora la candidatura de Massa». Se espera que acompañarán a la fórmula el ministro del Interior y jefe formal de campaña, Eduardo «Wado» de Pedro, y el exministro Julián Domínguez, designado por UXP como enlace con los gremios industriales.

La CGT necesita capitalizar la visita así como el acto que le ofrecerá al candidato el 8 de agosto en el estadio de Malvinas Argentinas, cinco días antes de las primarias, para mostrar a Massa como propio, un parentezco que por ahora les sirve tanto a anfitriones como al invitado. Si bien para los «gordos» de los grandes gremios de servicios, referenciados en Daer, y para los «independientes» de buen vínculo con todas las administraciones, el tigrense siempre fue su candidato natural, la falta de definición en la interna hasta último momento y las dudas en torno de la figura del ministro por el fracaso en contener la inflación lo privaron de una proclamación sectorial antes de la concretada en la interna.

De hecho, otros espacios se apresuraron a tomar distancia de Massa en la etapa previa: el gastronómico Luis Barrionuevo llegó a montar una mesa de campaña a favor del kirchnerista Eduardo «Wado» de Pedro, en línea con otros grupos que se mostraron entusiastas con esa fugaz alternativa como la Corriente Federal de Trabajadores y el metalúrgico Abel Furlán. En tanto que el Frente Sindical que lidera Pablo Moyano evitó en todo momento pronunciarse a favor de uno de los postulantes del oficialismo. Sólo después de la nominación de Massa como «candidato de unidad» llegó de inmediato el aluvión de respaldos mediante comunicados.

El zigzagueo de la CGT tuvo su correlato en las listas de postulantes para el Congreso nacional con una ausencia casi absoluta. Sólo el mecánico Mario Manrique (adjunto de Smata) obtuvo una garantía de banca con el tercer puesto en la nómina para la Cámara baja por la provincia de Buenos Aires pero en modo alguno fue una concesión a la central obrera: primariamente fue por su pertenencia y militancia kirchnerista, y en segunda instancia por formar parte de un sindicato industrial clave. «Es verdad que no pusimos candidatos pero al menos metimos la fórmula», se jactó este fin de semana Daer en diálogo con AM 750.

Lecturas aparte, tan gratificante resultó al paladar de la CGT la nominación de Massa que hasta lo dejaron a salvo de las críticas constantes al Gobierno por la falta de cumplimiento a sus promesas de desembolsos extraordinarios para las obras sociales sindicales. De hecho, como publicó este diario, las quejas se focalizaron en las últimas semanas en la ministra de Salud, Carla Vizzotti, que en lo formal tiene pocos resortes en la materia en comparación con los que detentan Alberto Fernández y el propio jefe de Economía.

Fuente: ambito.com

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