Un dato que duele: Argentina, en el podio de la evasión mundial
Argentina es el cuarto país del mundo y el primero de la región en niveles de evasión impositiva. Los datos se presentan en el último “Informe de Evasión Fiscal” del Instituto Patria construido en base a estadísticas del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Universidad de las Naciones Unidas, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas, y la Universidad de Buenos Aires. El estudio señala además que, de existir un eficaz control tributario, la recaudación crecería un 60 por ciento y el actual nivel de percepción efectiva, que es del 28 por ciento del PBI, alcanzaría el 45 por ciento.
En relación a la ubicación del país en el ranking de países evasores, resulta impactante el hecho de que a nivel mundial, según señala el informe en base al Instituto de la ONU, Argentina se encuentre solo por debajo de países como Malta, Guyana y Chad, y comparta la ubicación con Islas Comoras, Guinea, Zambia y Pakistán, es decir todos países con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) mucho menor. Como también que en la región se encuentre en el primer lugar y cercano a República Dominicana y Costa Rica, países que juntos suman menos de un tercio de nuestra población y representan menos del 5 por ciento de nuestro territorio, o el hecho de que, según agrega el informe del Patria, sextuplique los niveles de evasión de países vecinos como Uruguay y Bolivia, y se situé a una enorme distancia del país con mayor compromiso ciudadano y gubernamental contra la evasión, Canadá, cuyos niveles de incumplimiento tributario son de solo el 0,27 por ciento de su PBI.
Pero el grave problema fiscal del país no se reduce a la evasión, sino también a su regresiva estructura impositiva. En este sentido, y en base a estadísticas de la CEPAL, el informe señala que el 46 por ciento de la recaudación fiscal proviene de impuestos indirectos, es decir aquellos que se cobran a toda la población y con el mismo peso, sin importar el nivel socioeconómico al que pertenezcan. Este porcentaje contrasta con el de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos – OCDE, también conocida como “el club de los países ricos” donde los impuestos indirectos participan de la recaudación en un 31 por ciento, y la mayor parte son impuestos directos, es decir direccionados a las personas con mayor poder adquisitivo y de forma progresiva, es decir con mayor peso a quienes más tienen.
De hecho, el estudio agrega que, según el informe de la CEPAL, los sistemas basados en el cobro de impuestos regresivos potencian las desigualdades, pues “los problemas propios de sociedades con elevado grado de desigualdad distributiva son potenciados por la existencia de mayores niveles de regresividad en sus sistemas tributarios”.
Análisis de una evasión
Otro de los estudios citados por el Instituto Patria fue “Las causas de la evasión en la República Argentina”, realizada por el Centro de Administración Tributaria de la UBA. El mismo se basa en una encuesta dirigida y estandarizada a 405 participantes, que en un 74 por ciento consistían en profesionales independientes o empleados en relación de dependencia alcanzados por el Impuesto a las Ganancias.
En relación a la presión fiscal, una de las instancias respondidas, se mencionó como la mayor incidencia negativa la actual estructura tributaria, que incluye la duplicidad de impuestos sobre la misma base imponible en los distintos niveles de gobierno, seguida por la tasa de percepción y/o retención en el Impuesto sobre los Ingresos Brutos.
Otro de los elementos mencionados, fue la incertidumbre en la correcta aplicación de tributos, es decir “la inseguridad, falta de confianza o de certeza y principalmente la inquietud” sobre el impacto económico que apareja la aplicación de la norma tributaria, derivados de la compleja estructura tributaria. Asimismo, los encuestados afirmaron mayoritariamente que consideraban “baja o nula” la posibilidad de recibir una inspección, y que no declarar ingresos o patrimonio colaboraba en mantener una suerte de invisibilidad, a la cual se sumaba el concepto de que era “muy poco probable sufrir una privación de la libertad efectiva asociada al hecho de evadir tributos”.
Por último, seis de cada diez encuestados se sentían “obligados a evadir para poder ser competitivos en el mercado”, mientras que otra de las razones señaladas fue, según el 60 por ciento de los contribuyentes encuestados, la percepción de “un bajo grado de devolución de servicios por parte del Estado”, mientras que el 90 por ciento de los pequeños y medianos empresarios encuestados sostiene que “los altos niveles de corrupción desalientan el cumplimiento tributario”. Llamativamente y pese a los estudios de la OCDE, la encuesta no hizo mención a la actual estructura regresiva que diferencia al país de las naciones desarrolladas.