Con más inflación, anticipan un aumento de la pobreza en lo que va de 2023
Más que el dato, lo preocupante es la tendencia. La pobreza creció durante el segundo semestre de 2022, ese crecimiento se aceleró hacia el último trimestre del año, y, ahora, es esperable que, ante la aceleración inflacionaria, lo haya seguido haciendo durante los primeros meses de 2023.
El jueves pasado, el Indec reveló que la pobreza aumentó nuevamente en la segunda mitad del año pasado, promediando entre julio y diciembre un 39,2% del país, equivalentes a 18 millones de personas. Esto supone una suba de 2,7 puntos porcentuales respecto al primer semestre del año pasado y de 1,9 puntos porcentuales en relación al segundo semestre de 2021.
Por qué subió la pobreza en el segundo semestre de 2022
El aumento de la pobreza tiene una causa inequívoca y de orden metodológico: la aceleración de la inflación. «Estamos hablando de pobreza por ingresos y con una inflación cómodamente ubicada en el 100% anual y salarios corriendo desde atrás es difícil que no aumente», explicó al respecto Luis Campos, titular del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma.
La suba de la pobreza era esperable en tanto se aceleró la inflación. Mientras que en el primer semestre del año pasado promedió 5,28% mensual, en el segundo ese promedio trepó a 6,15%.
Más concretamente, la causa directa es que la Canasta Básica Total, que es la que mide la línea de pobreza, subió un 100,3% el año pasado, por encima de la inflación del 94,8%. «Como el precio de los alimentos determina los niveles de la Canasta Básica Alimentaria y, en buena medida, de la Canasta Básica Total, una inflación de alimentos por encima de la general implica presiones al alza de la tasa de incidencia de indigencia y, en parte, de pobreza», explicó al respecto un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
El CEPA también remarcó como otra causa fundamental la baja de los salarios reales. «El RIPTE muestra, en el segundo semestre de 2022, una desmejora en términos reales de 3,8% respecto al primer semestre del año y de 3,5% respecto al período equivalente del año anterior», señaló el mismo informe. Asimismo, subrayó que otros factores que incidieron son la caída real de un 5% en el valor de los planes sociales, en parte por el menor otorgamiento de bonos, al igual que una baja real de un 10% en la Tarjeta Alimentar.
Tendencia al aumento
Pero todavía más preocupante que las cifras duras y las causas es la tendencia a que la pobreza continúe aumentando. En primer lugar, esto se ve en que, «medida en forma trimestral (es decir, comparando el tercer y el cuarto trimestre), el 2022 cerró con una pobreza superando el 40%», precisó Santiago Manoukian, economista jefe de Ecolatina, en diálogo con El Destape.
Por su parte, Agustín Salvia, director del Observatorio Social de la UCA, coincidió en que, según sus propias mediciones, el cuarto trimestre terminó con un 40,6% de pobreza y 8,4% de indigencia.
«Lo más destacable -y preocupante- es que ocurrió en un periodo de aumento del PBI per cápita y aumento en los niveles de empleo, dando cuenta de una aceleración inflacionaria que profundizó su regresividad al afectar en mayor medida a los sectores informales», agregó Manoukian. De hecho, según el Indec, los ingresos informales perdieron 30 puntos contra la inflación el año pasado.
De esta forma, todo indica que, con una mayor inflación y un estancamiento más visible de la economía, la pobreza siguió aumentando durante el primer trimestre de 2023. «Es de esperar que con el aumento de la canasta básica entre enero y marzo y la caída en el nivel de actividad, en una situación de estancamiento y recesión, la pobreza tienda a aumentar holgadamente por arriba del 40%, aunque sin superar el 42 o 43%», advirtió Salvia. De hecho, en el primer bimestre, la Canasta Básica Total siguió moviéndose por encima de la inflación: 16,1% versus 13,1%, detalló Manoukian.
«Todo indica que la situación va a empeorar», concordó Campos y señaló que, por el estancamiento, «difícilmente el empleo vaya a seguir teniendo el mismo comportamiento del año pasado, cuando creció bastante». El dato duro es que el 40% de pobreza se alcanzó con un nivel de desempleo del 6,3%, un nivel de virtual pleno empleo que difícilmente siga bajando.
Por qué mantuvo la indigencia
La tendencia más llamativa del informe del Indec es que la indigencia bajó 0,7 puntos porcentuales en relación al primer semestre y 0,1 puntos porcentuales, en relación al segundo semestre de 2021, para alcanzar un 8,1%, equivalente a 3,8 millones de personas. Manoukian admitió que, por la aceleración de la CBA, hubiera sido esperable que la indigencia también suba, por lo que afirma que hay que esperar a ver los informes de distribución del ingreso para dilucidar qué otra causa es la que explica la baja.
Aun así, los otros especialistas se animan a aventurar que lo que impidió una suba es el colchón del gasto social. «En este punto deben haber impactado los mecanismos de sostenimiento de ingresos (Tarjeta Alimentar, Potenciar Trabajo, AUH), que generan un piso que se defiende bastante mejor que la línea de la pobreza», consideró Campos. El CEPA apuntó particularmente a los bonos de $22.500 abonados en noviembre y diciembre solo a las personas sin ningún tipo de ingreso.
Salvia explicó la dinámica de este fenómeno dentro de los sectores de bajos ingresos: «Las transferencias de ingresos generan un mercado de más demanda de bienes y servicios que generan trabajo en la propia economía de los barrios populares, haciendo que se multipliquen las posibilidades de ingresos, mediante changas y trabajos eventuales, en un contexto inflacionario donde la gente no quiere tener el dinero encima».